Hallazgos de cine (Parte I): The Story of Film: An Odyssey

Laura Cañete

Invierno, temporada gripal 2013/2014, reclusión hogareña y demasiada tele para matar las horas de recuperación de los efectos de un catarro malvado. Después de escuchar y leer las mamarrachadas de siempre sobre Rajoy y su camarilla o sobre las elecciones europeas, por poner un par de ejemplos random, me encontré en algún medio digital que no recuerdo con un titular que me llamó la atención sin pretenderlo. Este titular decía algo así como «La plataforma de visionado Filmin (para los que no la conozcan, una gran base de datos de visionado de cine en streaming) pone a disposición de sus abonados el documental The Story of Film: An Odyssey.»

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A lo mejor algunos de vosotros ya conocíais este proyecto, pero en mi caso no era así, por lo que sólo el título ya despertó en mí un gran interés y decidí indagar más sobre esta obra. The Story of Film: An Odyssey es un documental dirigido por el cineasta irlandés Mark Cousins y nació con la vocación de hacer un repaso de la Historia del Cine desde sus orígenes hasta la actualidad, un proyecto ambicioso sin duda. The Story of Film ya ha sido emitida con éxito en Reino Unido, España y Canadá; en el caso de nuestro país, fue Canal + el que obtuvo la licencia de emisión entre 2010 y 2011.

Cousins se propuso hacer ese repaso histórico a lo largo de 15 episodios y la verdad es que parece ser que consiguió un resultado bastante favorable atendiendo a todo lo que he podido leer, ya que no he tenido el gusto de ver ni un minuto del documental para poder juzgar por mí misma. En un principio, el objetivo inicial del crítico irlandés era grabar material para cubrir sólo 3 horas de visionado, sin embargo, el proyecto le cautivó y logró 15 episodios que se pueden dividir de la siguiente manera:

  • EPISODIO 1 (1895-1918): LOS ALBORES DE UN NUEVO ARTE
  • EPISODIO 2 (1918-1928): EL TRIUNFO DEL CINE AMERICANO
  • EPISODIO 3 (1918-1932): LOS REBELDES DEL CINE
  • EPISODIO 4 (AÑOS 30): LOS GRANDES GÉNEROS Y EL CINE EUROPEO
  • EPISODIO 5 (1939-1952): LA GUERRA Y LOS NUEVOS LENGUAJES
  • EPISODIO 6 (1953-1957): SEXO, DRAMA, PASIÓN Y RABIA
  • EPISODIO 7 (1957-1964): EL NUEVO CINE EUROPEO
  • EPISODIO 8 (1965-1969): UNA NUEVA OLA
  • EPISODIO 9 (1967-1979): EL NUEVO CINE AMERICANO
  • EPISODIO 10 (1969-1979): DIRECTORES DE UN CINE RADICAL
  • EPISODIO 11 (AÑOS 70): INNOVACIÓN EN LA CULTURA POPULAR
  • EPISODIO 12 (AÑOS 80): CINE Y PROTESTA
  • EPISODIO 13 (1990-1998): LOS ÚLTIMOS DÍAS ANTES DEL DIGITAL
  • EPISODIO 14 (AÑOS 90): LA LLEGADA DEL DIGITAL
  • EPISODIO 15 (DEL 2000 EN ADELANTE): EL FUTURO DEL CINE.

He accedido hace un rato a la página de Filmin (www.filmin.es), para comprobar dónde se ubicaba el contenido y, tal y como esperaba, el visionado de esta serie no es gratuito, aunque el precio tampoco es desorbitado y por 9.95 euros podréis disfrutar y juzgar por vosotros mismos el documental. En el caso de que queráis comprar el formato DVD para engrosar vuestra biblioteca, Amazon pone a disposición del público el producto por 30,72 euros en una edición especial que cuenta con un libro ilustrativo de 32 páginas. Para más información sobre este formato, sólo hay que pinchar AQUÍ

Aquí os dejo el tráiler para que le echéis un vistazo; no dice mucho, pero tampoco está de más:

Todos aquellos que conozcan la obra y quieran comentarla o dar algún detalle más, están invitados a dejar un comentario con sus impresiones. Por mi parte, en cuanto consiga el DVD y vea los contenidos, no dudaré en compartirlos con vosotros. El documental resulta bastante atrayente y, ya que ofrece una panorámica completa por toda la historia del cine, puede servir como base y despejar muchas dudas a todos aquellos que, aunque interesados en la temática, no manejan demasiado esa perspectiva histórica, básica a la hora de catalogar tanto cintas como directores.

Fuentes:

http://www.avalon.me/noticias/hemeroteca/the-story-of-film-estreno-en-filmin-22-enero

https://www.filmin.es/serie/the-story-of-a-film

http://www.amazon.es

http://www.youtube.es

Fotografía:

http://www.secure.belcourt.org

Cines «de ayer» en Sevilla

Laura Cañete

«Oye, ¿qué pasó con el cine Pathé de la calle Cuna?» o «¿Qué fue de aquella sala que había en Pío XII?» son algunas de las preguntas que se hacen los más veteranos cuando les pierden la pista a algunas de las salas de cine más antiguas de la ciudad hispalense. Antiguamente, todo solar que quedaba libre en Sevilla se convertía en un cine, sobre todo en los meses de verano, ya que el dinero escaseaba para salir de la urbe; ésta era una de las formas de ocio más extendida, hasta que llegaron los ordenadores, los sistemas de bajada de archivos y la diversificación cultural, que hizo que el público se entretuviera en otros menesteres.

Con el paso del tiempo y los efectos de las crisis internas de las empresas que gestionaban esas salas, cada vez más cines, sobre todo a partir de la década de los 80, han ido quedando vacíos y, aunque algunos de ellos se han reconvertido en teatros, supermercados o incluso tiendas de ropa, otros están abandonados. Siempre quedarán en la retina de los más antiguos aquellos días en los que los cines eran punto de encuentro de multitud de personas, teniendo que esperar largas colas para comprar una entrada.

Uno de los objetivos de los amantes de estos espacios escénicos es que se recupere la función para la que fueron construídos. Grandes estrenos, romances que un día se gestaron en esas salas de cine o, simplemente, el recuerdo de un niño, ahora anciano, que paseaba por las calles de Sevilla y contemplaba los carteles de las películas más importantes del momento, sirven como testimonio histórico de la importancia de estos edificios.

En los siguientes párrafos se recogerá la historia de esas salas que, o bien están abandonadas, o bien no existen, o bien sí, pero han sido remodeladas y usadas con otro fin. Es complicado abarcarlas todas, pero se ha intentado ofrecer una panorámica aproximada de su situación actual.

Cine Llorens: originariamente situado en la calle Sierpes, el local donde se ubicaba fue adquirido por el empresario Vicente Llorens. En un principio, se alternó el cine mudo con obras teatrales y figuras como la de José Ortega y Gasset o Miguel de Unamuno llegaron a pisar su escenario. Se afirma que fue en el Llorens en 1930 donde se proyecto la primera pelicula sonora de la capital hispalense, Sombras blancas.

Durante los años 70 incluyeron en su programación las llamadas «películas para adultos» o «Cine S» (optaron por no usar la denominación de «Cine X»).

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Interior del Cine Llorens   

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Instantánea que muestra el exterior ya abandonado

Aunque la calidad de las proyecciones tenía buena fama, el Cine Llorens llegó a acumular una deuda de 15 millones de pesetas en el año 1982, fecha de su cierre definitivo. Posteriormente, se convirtió en un almacén de ropa cuya adaptación respetó la estructura interior de la sala, hasta llegar a la actividad actual del local, la de un salón de juegos.

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Apariencia actual del Cine Llorens

Sala Pathe: se inauguró el 18 de octubre de 1925 y su actividad se extendió a lo largo de sesenta años. La calle Cuna fue su lugar de nacimiento y, con el paso del tiempo, ha tenido diversas funciones: de discoteca, de teatro, etc. Como se ha comentado anteriormente, el Cine Llorens fue el primero de la capital en proyectar una película sonora y la Sala Pathé la segunda.

Con los años le cambiaron el nombre a Cine Delicias, pero esta denominación duró poco tiempo. La Sala Pathe se convirtió en el punto de encuentro de la gente más chic de Sevilla y era usual ver a muchas personas disfrutando de un cóctel o refrigerio en su interior. Se clausuró en 1985 y bastantes años después fue recuperado por el periodista y empresario Jesús Quintero para construir el Teatro Quintero.

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Antiguo Cine Pathe 

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Entrada de una de las sesiones   

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   Estado actual del edificio

Cine Delicias: su ubicación en el Barrio de la Cruz Roja permitió que las barriadas de Retiro Obrero, Miraflores y Pío XII tuvieran una sala de cine permanente. Se inauguró en 1960 y cerró sus puertas en 1996 para dar lugar a una gran superficie, en concreto un supermercado Supersol. En el año 1981 esta sala presenció el estreno de El lago azul junto con el Alameda Multicines (el que todos conocemos hoy en día en la Alameda de Hércules.)

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Exterior del antiguo Cine Delicias de la Cruz Roja

Cine-Palacio Central: su historia como teatro se remonta al siglo XVIII, erigíéndose en la calle Tetuán, frente a la calle O’Donnell . En 1850 se inauguró el Teatro San Fernando en el mismo edificio y, ya en el siglo XX, éste cambió su nombre por el de Salón Kursaal, un local de variedades. En 1941 pasó a llamarse Cine-Palacio Central y tuvo la peculiaridad de ser la primera sala de cine refrigerada de Sevilla. A mediados de los años 80 cerró y el edificio fue restaurado en el año 2003.

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Aspecto del Cine-Palacio Central en su momento de plena actividad

En la actualidad sigue conservando parte de su estética, a pesar de que lleva construído más de dos siglos; su espacio lo ocupan varias firmas de moda, como Mango o H&M. Como curiosidad, la firma Mango estableció su local en el antiguo patio de butacas coronado por una cubierta metálica atribuida a Eiffel.

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Ticket antiguo de proyecciones

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 Aspecto actual de la fachada del cine

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Entrada a la tienda Mango ubicada en el antiguo cine

Cine Villasís: en 1958 el Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Sevilla adquirió el edificio donde se ubicaba el colegio del Inmaculado Corazón de María y en 1966 lo convirtió en lo que se conoció como Cine Villasís. Su existencia no fue muy larga y durante el tiempo que estuvo abierto proyectó fundamentalmente cintas de estreno. En el año 1977 se demolió el cine y su lugar lo ocupó el edificio del Monte de Piedad, conocido actualmente como Cajasol, frente a la Facultad de Bellas Artes.

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Entrada a una de las proyecciones del Villasís

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Noticia de ABC sobre la inauguración del Cine Villasís

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Aspecto actual de la antigua sede del Cine Villasís

Cine Trajano: actualmente su fachada se usa como tablón de anuncios, tanto en la calle Amor de Dios como en la calle Trajano, pero en su momento sirvió como puerta de entrada no sólo del cine de arte y ensayo, sino también de la pornografía en la capital hispalense durante los 80. Clausurado a principios del año 2003, se dice que se conserva bien su interior, a pesar de encontrarse abandonado debido a la revalorización de la renta del local- su dueño no pudo hacer frente al coste del alquiler, de hecho, a día de hoy esos precios siguen siendo elevados.

El edificio donde se erigía fue diseñado por Aníbal González y aún se pueden observar los restos de los rótulos de otros negocios que han ocupado las inmediaciones del Cine Trajano y que también echaron el cierre por los daños colaterales que provocó la clausura de esta sala.

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Exterior del Cine Trajano desde la entrada de la calle que le dio su nombre

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Entrada por la calle Amor de Dios

Cine Fantasio: Localizado en Triana, más concretamente en la calle Pagés del Corro y muy cerca de San Jacinto, el Cine Fantasio no sólo ha pasado a la historia de Sevilla por haber desaparecido, sino porque existía la leyenda de que estaba habitado por fantasmas; en 1992 sufrio un incendio que algunos achacaron a esa presencia paranormal.  Su exterior daba la impresión de estar abandonado, sin embargo sus instalaciones eran modernas y estaba bien acondicionado según afirman aquéllos que tuvieron oportunidad de asistir. Sus precios eran populares y las películas que se proyectaban se calificaban como «aptas para todos los públicos.» 

El Cine Fantasio cerró sus puertas en el año 1995 por una crisis financiera interna de la empresa que asumió su control en 1993; esto afectó también a otras salas de Sevilla que eran controladas por la misma sociedad. Finalmente, el local fue adquirido por una cadena de supermercados.

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Interior del Cine Fantasio

Si queréis ampliar información sobre este tema, podréis ver pinchando AQUÍ una entrada de otro blog que trata sobre la ciudad de Sevilla, sus tradiciones y alguna que otra curiosidad.

Fuentes:

http://www.sevilladesaparecida.com

http://culturadesevilla.blogspot.com.es

http://www.abcdesevilla.es

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/svq/2010/11/08/una-x-en-el-callejero.html

Fotografía:

http://www.abcdesevilla.es

http://www.sevilladesaparecida.com

http://www.todocoleccion.net

Reportaje fotográfico de la exposición ‘Viaje al cine español’ en Sevilla

Laura Cañete

Como ya se comentó en una de las primeras entradas de este blog, el Casino de la Exposición de Sevilla acogió hasta el pasado 17 de noviembre la muestra ‘Viaje al cine español’, donde se recorría gracias a objetos tales como vestidos, guiones, storyboards o fotografías originales de los actores, la historia de los Premios Goya, en concreto a través de los 27 filmes que se alzaron con el premio a la mejor película.

Desde Claqueta en 3, 2, 1 queremos mostrar el reportaje fotográfico que se tomó en el mes de octubre, con la exposición recién inaugurada, de las distintas secciones de la muestra. De este modo, si no habéis asistido, podréis apreciar grosso modo todo lo que se exhibió durante más de un mes en el Casino.

Para leer la entrada de este blog referente a la muestra, hacer clic AQUÍ

Entrada al Casino y a la exposición

Entrada al Casino de la Exposición

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Rótulo que marca el comienzo de la exposición

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Detalle de la urna usada en Blancanieves (2012)

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Urna de Blancanieves

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Trajes de luces usados por los actores de Blancanieves

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Traje de luces que vestía Daniel Giménez Cacho en Blancanieves

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Vestido confeccionado para Blancanieves y para la actriz Inma Cuesta

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Fotografías tomadas a tres de las actrices de Todo sobre mi madre (1999) caracterizadas para el filme

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Instantáneas de Ruth Gabriel y Candela Peña en Días Contados (1994), además de secuencias del filme

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Storyboard de Los otros (2001) por Sergio Rozas

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Vestido que lució Penélope Cruz en La niña de tus ojos (1998)

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Recreación de la escenografía de El bosque animado (1987)

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Diseños de vestuario de los personajes de El bosque animado

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Recreación del lugar donde Eduardo Noriega tortura a Ana Torrent en Tesis (1996)

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Storyboard de Tesis

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Bocetos y collages del vestuario de Belle Époque (1992)

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Libro de arte de ¡Ay, Carmela! (1990)

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Parte del vestuario de ¡Ay, Carmela!

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Vestuario de los protagonistas de Pa Negre (2010)

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Imagen que hace un guiño a No habrá paz para los malvados (2011)

Fuentes:

Elaboración propia

Fotografía:

Laura Cañete

Cine de terror: radiografía de un género centenario

Laura Cañete

El 31 de octubre, también conocido como la víspera de Todos los Santos o Halloween, coincide con la celebración del misterio para algunos, mientras que para otros se identifica con terror y oscuridad. Halloween se celebra especialmente en regiones de cultura anglosajona, como Canadá, Estados Unidos, Gran Bretaña o Irlanda, pero a día de hoy su influencia no pasa de puntillas por países como España, donde calaveras, murciélagos y calabazas cada vez decoran más centros comerciales.

El cine, como parte de nuestra vida cotidiana, también ha sucumbido al halo de esta festividad. Muchos aficionados al terror cinematográfico aprovechan estas fechas para reunirse y preparar kilos de palomitas, ataviarse con los disfraces de sus personajes de horror favoritos y darse algún que otro susto que les hace saltar del sillón. La sensación de ver una película de terror de noche y no quererse ir a la cama parece más especial si se hace el 31 de octubre antes que cualquier otro día del año.

Literatura como fuente de inspiración

El género de terror o de horror cinematográfico bebe de la literatura gótica y fantástica desde sus orígenes. Desde los años 20 del siglo pasado hasta los 50, aproximadamente, casi todas las películas tenían como protagonistas a monstruos literarios famosos. Personajes como el Drácula de Stoker o el Frankenstein de Shelley daban a los guionistas todo lo que necesitaban para crear un filme de éxito.

En los años 20 y 30 el cine de terror no había desarrollado aún la faceta más “gore” del género, por lo que era complicado ver sangre o vísceras en pantalla. Como ya se ha dicho, los creadores se inspiraban en obras literarias, y películas como Nosferatu, el vampiro (1922), Dr.Jekyll y Mr.Hyde (1920) o M, El vampiro de Dusseldorf (1931) marcaron a una generación. Los personajes de estos filmes eran variopintos para la época: zombies, asesinos en serie, mujeres barbudas, personajes circenses y hasta seres mitológicos y legendarios.

En la década de los 40, debido a la crisis de valores producida por la Segunda Guerra Mundial, el público no buscaba ambientes desagradables, sino distendidos. Aunque la producción de cine de terror disminuyó, se estrenaron títulos como El hombre lobo (1941), La mujer pantera (1942), diversas secuelas de Frankenstein o Ladrones de cadáveres (1949), basado en una obra de Robert Louis Stevenson.

Cuando el terror se funde con lo paranormal y la psicología

Fue a mediados del siglo XX cuando el género de horror se ramificó en distintos subgéneros: “serie B”, Gore, Slasher o Survival, fueron algunas de sus denominaciones. En este momento surge también el interés por los desastres nucleares, de los que nacen monstruos deformes y mutantes, como en The Blob (1958), la masa procedente del espacio que aumenta de tamaño y amenaza con destruir todo lo que se pone en su camino. Por otro lado, la manía persecutoria alienígena supuso un leitmotiv típico de los 60, reforzando la presencia del género de ciencia-ficción en las salas de cine de la época.

Esta década lanzó al estrellato a actores como Béla Lugosi, Boris Karloff o Christopher Lee, que, a sus 91 años, aún sigue en activo encarnando a Saruman en El Señor de los anillos o El hobbit. Alfred Hitchcock, otro icono del cine, también dio a conocer dos de sus películas más sorprendentes en los 60: Psicosis y Los pájaros, donde el terror psicológico se convirtió en protagonista.

Este género se recrudeció cada vez más debido a la influencia que ejercía la Guerra de Vietnam en la sociedad. Fue el primer conflicto armado televisado y la población aprendió a convivir con sangre en sus pantallas. Esa sangre, además de la mejora de los medios técnicos (cámaras, efectos especiales, edición de vídeo, etc.) hizo posible la evolución del cine de horror. Como era de esperar, todas estas historias truculentas se recrearon para la gran pantalla y esta década dejó títulos como 2000 Maniacos (1964) o Psycho (1960).

Hablando de sangre, en los años 50 empezaron a prodigarse entre la sociedad los llamados psycho killers, asesinos a quienes los medios de comunicación de la época analizaron exhaustivamente. De este modo, la gente empezó a interesarse cada vez más por este tipo de personajes, llegando a convertirse en auténticas celebridades. Muchos de ellos llegaron a vender sus obras de arte desde la cárcel donde cumplían condena, como fue el caso de Charles Manson, el líder de la secta “La familia”, e instigador del asesinato de la esposa embarazada de Roman Polanski en 1969, convirtiéndose éste en uno de los crímenes más mediáticos de todos los tiempos.

Polanski siempre se había caracterizado por ser un director polémico, en especial cuando empezó a rodar en 1968 La semilla del diablo o Rosemary’s Baby. El filme obtuvo mucho éxito y Polanski se encontraba en uno de sus mejores momentos, pero se cree que la mayoría de desgracias que vivió el director polaco después del rodaje estaban relacionadas con esta película. Durante el proceso de creación del filme, dicho sea de paso, una adaptación de una novela de Ira Levin, a Polanski se le recomendó que para aumentar el aura satánica de la película, debía filmarla en el edificio Dakota, donde había sido asesinado John Lennon o donde había vivido el brujo Aleister Crowley, un personaje conocido por los ritos que llevó a cabo en ese edificio y por su aportación al ocultismo durante el siglo XX; no es de extrañar que el éxito del filme viniera dado por el aura de misterio que lo envolvía.

En 1962 se produjo un hito en el seno del género de terror, ya que se estrenó en Italia la película Mondo Cane. Esta obra fue merecedora de un Óscar por su banda sonora y una de sus principales características era que estaba rodada a base de imágenes que llegaban a mostrar muertes reales de animales. Gracias a esta producción nació en tierras italianas el llamado cine “Mondo” y su popularidad se multiplicó, dando lugar a un número considerable de filmes de canibalismo que se estrenaron unos veinte años después, por ejemplo Holocausto caníbal (1980), Mondo Canibale (1980) o Emmanuelle y el último caníbal (1977).

El tema del canibalismo se empezó a normalizar en el mundo del cine poco a poco, aunque muchas de estas películas “Mondo” fueron censuradas y llamadas “Ultra-Gore”. En Alemania, por ejemplo, el canibalismo fue sustituído por muerte y sexo. Obras alemanas de finales de los 80 y principios de los 90 como Nekromantik (1987) o Premutos, Der Gefallene Engel (1997) destacaron como películas “Ultra-Gore”.

Existe otra serie de obras que podrían ser calificada como “Mondo” y se llama Faces of Death, cuyo primer capítulo se estrenó en 1978 y el último en 1996. Durante esos dieciocho años, se filmaron y proyectaron todo tipo de muertes de seres humanos, llegando a ser algunas incluso verídicas. En Traces of Death (1993-2000), otra serie similar, todas las muertes que se filmaron fueron reales, por lo que muchas producciones como ésta llegaron a tener problemas con la justicia por la proyección de peleas callejeras, suicidios, accidentes, etc.

La serie asiática Guinea Pig, muy en la línea también de las películas “Mondo” y, sobre todo, de las “Snuff”, marcó un punto de inflexión ya que, a diferencia de Traces of Death y Faces of Death, esta serie sólo representa ficción, sin embargo, sus productores acabaron detenidos y acusados de asesinato. Al igual que ocurre en las películas “snuff”, las imágenes que se ofrecen en Guinea Pig distan de ser profesionales. Aún así, la trascendencia de este tipo de cine no radica en la parte técnica, sino en el trasfondo de las imágenes, ya que el caso de Guinea Pig sirvió de inspiración al asesino en serie japonés Tsutomu Miyazaki a finales de los 80.

La profundidad del cambio en los 70: los slashers y los blockbusters

Las nuevas producciones de terror se ruedan teniendo en cuenta el miedo que sentía la población en aquel momento. Los horrores de Vietnam, los asesinos en serie y la amenaza nuclear se cernían sobre las mentes y el malestar se rentabilizó, recrudeciendo las escenas. Las posibilidades tecnológicas hacen que se pueda rodar un filme con mucha más facilidad que antes y de forma más “económica”; películas como La noche de los muertos vivientes fueron rodadas por poco más de 60.000 dólares y el éxito compensó a sus creadores.

Los 70 presencian el nacimiento de superproducciones como Alien (1979) de Ridley Scott, mezcla de ciencia ficción y terror, donde Sigourney Weaver lucha contra el mal reencarnado en un extraterrestre, El exorcista (1973), la que muchos han calificado como la película más terrorífica de todos los tiempos, o Carrie (1976), basada en la novela del mismo nombre de Stephen King y dirigida por Brian de Palma.

En 1974 se estrena una de las películas más polémicas del género, La matanza de Texas, que origina la aparición de un nuevo subgénero que se explotaría hasta nuestros días: el slasher. Todos los filmes slasher siguen un patrón similar: chicos adolescentes que se reúnen para pasar unas vacaciones en un campamento maldito o una reunión de amigos donde todos acaban decapitados o sin visceras por culpa de un asesino en serie.

La aparición de este tipo de cine provocó que adolescentes deseosos de escenas de sexo abarrotaran las salas. La asociación de sexo, sangre y guiones livianos, hizo que el género slasher y, por extensión, el género de terror pasara a considerarse de “serie B”.

En los años 70 también se acuña el término Blockbuster, que significa producción hecha para ser llevada a las salas de todo el planeta. Es en este momento cuando la distinción entre “serie B” y esos blockbusters se acentúa, ya que los productores no se arriesgan a financiar películas cuyos guiones les parecían poco comerciales. En 1975 se estrenaría uno de los blockbusters con más tirón de la historia del cine, Tiburón (Jaws era su título original), de Steven Spielberg, que sembró el miedo a las orcas, ballenas y hasta a las medusas entre los bañistas de medio mundo.

En España se estrenó en 1975 La noche de las gaviotas, dirigida por Amando de Osorio, que iba en la misma línea de todas aquellas películas protagonizadas por asesinos (en este caso templarios tuertos) que realizaban sacrificios, así como El ataque de los muertos sin ojos (1973), del mismo director y que pertenecen a una tetralogía que se completa con La noche del terror ciego (1971), El ataque de los muertos sin ojos (1973) y El buque maldito (1974).

Los 80: se consagra el cine adolescente

Las previsiones de la década precedente se cumplen en los 80, donde el género de terror se convierte en el favorito del público adolescente y la calidad de los filmes cae en picado. La industria sólo se dedica a explotar temas de películas ya conocidas y parece ser que ya no se puede innovar más.

Producciones como Viernes 13 (1980), donde el niño Jason Voorhees se venga de su muerte en un campamento, o Poltergeist (1982) y sus escenas paranormales, colman las expectativas del público y de la taquilla. Otro de los grandes estrenos de los ochenta es Pesadilla en Elm Street (1984), dirigida por Wes Craven, que hizo saltar a la palestra a otro asesino vengador, Freddy Krueger, y a su camiseta de rayas rojas y negras. Cuando Freddy se aparece en sueños, es imposible escapar de sus garras a lo Eduardo Manostijeras, lo que ha provocado más de una noche sin dormir a los más aprensivos.

Otra de las figuras de terror de esta década es ‘Pinhead’ o ‘Líder Cenobita’, el protagonista de la saga británica Hellraiser, que con su característica cabeza llena de cicatrices y clavos se convirtió en un personaje de culto para el género.

La falta de originalidad de los 90

A nadie sorprendieron las películas que se estrenaron durante esta década, ya que eran más de lo mismo. Sin embargo, hubo filmes como Abierto hasta el amanecer (1996), El sexto sentido (1999), Scream (1999) o El proyecto de la Bruja de Blair (1999), que se convirtieron en éxitos de taquilla, gracias a las campañas de publicidad que les dedicaron en su momento, en especial a El proyecto de la Bruja de Blair, que destacaba por una técnica de grabación denominada “la filmación del procedimiento”, con la cual se consiguió una sensación de realismo muy similar a la de un documental.

La escasez de ideas hizo que los productores se fijaran en el cine de terror asiático, un formato que en aquella época gozaba de popularidad y que estaba por explotar en Europa y EE.UU. Este tipo de cine tenía unas características definidas: los fantasmas eran los protagonistas, no tenía especial predilección por la sangre o las vísceras y siempre aparecían personajes con poderes sobrenaturales, en especial niños.

Hay que puntualizar que el cine de terror oriental llevaba filmando producciones de este tipo desde los 60, como por ejemplo The Joy of Torture (1968), donde se narran las persecuciones de cristianos durante el reinado del clan Tokugawa en el siglo XVII y todas las torturas infligidas a mujeres semidesnudas que acababan en muerte.

Además del cine asiático, también se siguió durante esta década con la dinámica de los remakes e incluso se hicieron adaptaciones de videojuegos al cine en décadas posteriores, como Silent Hill en 2006.

De los comienzos del siglo XXI a la actualidad

El protagonista del nuevo siglo fue el llamado torture porn o “gorno”, un nuevo subgénero de terror que mezclaba lo “gore” y lo “porno”. Hostel (2005), dirigida por Eli Roth y financiada por Quentin Tarantino, encumbró este formato “gorno” a la fama, usando la violencia para excitar a los espectadores como si de un acto sexual se tratase.

Se siguió con la moda del terror asiático (que no quería decir que las producciones fueran “made in Asia”) que ya se empezó en los noventa y se intentó adaptar su temática a los tiempos que corrían, por ejemplo la de los teléfonos móviles en One Missed Call (2003), los acertijos en Saw (2004) o la técnica del falso documental en REC (2007)

Desde la llegada del año 2000 se puede destacar la presencia en cartelera de remakes de clásicos de otras décadas, por ejemplo La matanza de Texas (2003), Viernes 13 (2009), Pesadilla en Elm Street (2010) o Carrie (2013). Teniendo en cuenta la proliferación de remakes cabe preguntarse si a la industria del cine de terror se le han acabado las ideas.

Debido a la mejora en los efectos especiales y de sonido de los últimos tiempos, en algunas ocasiones los guionistas de estos remakes modificaron parcialmente el guión original, ofreciendo historias reinventadas y aumentando la dosis de terror o la cantidad de sangre y vísceras. Es el caso de Masacre en Texas: herencia maldita (2013) o Halloween 3D, programada para el 2014.

En España, actualmente, el cine de terror no constituye un género marginal y existen dos festivales conocidos a nivel internacional donde se promocionan los filmes de horror más novedosos: uno de ellos es el  Sitges Film Festival y el otro la Semana de Cine Fantástico y de Terror de San Sebastián. Si queréis consultar su recorrido, así como los filmes que han proyectado a lo largo de su historia, solamente tenéis que pinchar en los enlaces en color amarillo de arriba.

Fuentes:

http://www.youtube.com

Scheneider, Stephen J.: 1001 Películas que hay que ver antes de morir. Barcelona, Grijalbo, 2010.